La encontraron en su departamento inerte, boca abajo, llagada por la espalda debido a la inactividad. El pulmón artificial yacía vacío, en medio de un centenar de cigarrillos sin terminar. Un bélico aroma preñaba la cocina. Dentro del refrigerador hallaron restos de vida digna: un pay de espinacas putrefacto y un refactario con frijoles refritos color verde. El cuarto de baño era impenetrable, la escacez de agua combinada con las heces fecales complementaban el aroma a difunto que no dejaba dormir a los vecinos.
Una anciana de aproximadamente 76 años abandonada, malvivida, dormía eternamente en el piso de su habitación, con la televisión prendida en un canal sin señal. Con la respiración exiliada y una nada completamente explicable garabateada en las últimas hojas de su destino.
Trompetas, llanto e inmundicia. Alicia murió completamente sola en su departamento. La alfombra roída en una atmósfera de parásitos. Cocina gourmet para los gusanos que la habitarán próximamente. Nadie más la volteará a ver con desdén. Dejó de existir cuando nació y nadie... absolutamente nadie llorará en su funeral. En una morgue sin paredes, Alicia descansa sin tocar el cielo ni la tierra.
Descanse en paz un ser abandonado, descanse en paz el ingrediente activo de la composta familiar.
Frío y duro. Tríste y temidamente, muy común...
Saludos!