¡¡¡¡DESCÚBRALO USTED MISMO!!!!
Fábula (No apta para mentes apretadas, mojigatos, extreñidos (as), mujeres embarazadas, niños menores de 12 años, cardiacos y defensores de animales)
Published Tuesday, July 20, 2004 by baxter | E-mail this post
Erase una vez...
Un hombre que gustaba de tener sexo brutal con gatos. Esta preferencia sexual era bastante peculiar y diferente a la zoofilia convencional. El hombre enamoraba (o mejor dicho, engatuzaba) a los felinos, para llevarlos a vivir a su departamento. Al cabo de un tiempo, su casa estaba habitada por una cantidad inombrable de gatos de todo tipo. Esto hizo que el hombre tuviera problemas en las vías respiratorias por la cantidad de pelo flotando en el ambiente. Un día, el hombre amaneció con migraña. Era domingo, estaba resacoso por la noche anterior. Para alivianar el rato el hombre se sirvió un par de whiskeys derechos. Luego, otros dos, luego, otros dos y así sucesivamente. Encendió un cigarrillo de mariguana y cuando todo estaba borroso, la hormona se le despertó. Se tambaleó por la sala, ahuyentando a los gatos que rápidamente se percataron de los problemas que habría proximamente. Caminando con trabajos tomó al gatito negro que estaba ciego. Lo violó despiadadamente, desgarrando su tierno ano. El gato lloraba amargamente, nunca se había sentido tan usado, tan vil. El resto de los animales observaba. El hombre terminó y se echó en el sillón, donde quedó inconsciente.
La mañana siguiente el hombre despertó bañado en sangre. No tenía ojos. No recordaba que los felinos eran vengativos.
Un hombre que gustaba de tener sexo brutal con gatos. Esta preferencia sexual era bastante peculiar y diferente a la zoofilia convencional. El hombre enamoraba (o mejor dicho, engatuzaba) a los felinos, para llevarlos a vivir a su departamento. Al cabo de un tiempo, su casa estaba habitada por una cantidad inombrable de gatos de todo tipo. Esto hizo que el hombre tuviera problemas en las vías respiratorias por la cantidad de pelo flotando en el ambiente. Un día, el hombre amaneció con migraña. Era domingo, estaba resacoso por la noche anterior. Para alivianar el rato el hombre se sirvió un par de whiskeys derechos. Luego, otros dos, luego, otros dos y así sucesivamente. Encendió un cigarrillo de mariguana y cuando todo estaba borroso, la hormona se le despertó. Se tambaleó por la sala, ahuyentando a los gatos que rápidamente se percataron de los problemas que habría proximamente. Caminando con trabajos tomó al gatito negro que estaba ciego. Lo violó despiadadamente, desgarrando su tierno ano. El gato lloraba amargamente, nunca se había sentido tan usado, tan vil. El resto de los animales observaba. El hombre terminó y se echó en el sillón, donde quedó inconsciente.
La mañana siguiente el hombre despertó bañado en sangre. No tenía ojos. No recordaba que los felinos eran vengativos.
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