Dedicado a: HP,CR,DR,MA,LU,MP
Redescubro dentro de lo más profundo mi silencio, una faceta propia de un facista, un dragón
necromancer ávido de salir a echar tiros por la boca. Me empino una de vodka por dos de limón, regreso al lugar de donde provine. Hay baile y conversaciones vacías:
- ¡Pero qué milagro! ¿Cómo haz estado?- Bien y, ¿que tal tu?- Bien también, chido. - Hay mucha gente en esta fiesta, ¿no?- Si, está buena... voy a saludar a los demás, qué gusto de verte.No hay nadie más ahí, simplemente la solitud de un día ajetreado, de dormir 5 horas diarias. Un gesto sardónico se apodera entonces de mi rostro, sigo procurando al pasado, como una máquina del tiempo. Todos permanecen, inmóviles, intactos, tal vez con un poco menos de cabello, pero hablan de las mismas cosas que hace cuatro años. Nadie ni nada ha cambiado, sus ojos siguen proyectando la misma ingenuidad que cuando tenían 15. Me veo frente a frente con esa persona que solía ser yo hace miles de experiencias... definitivamente no soy el mismo, pero sigo disfrutándolo.
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