Nelda vivía en una tubería. No podía salir de ahí. Su carácter de residente le volvía cada vez más dependiente de aquel lugar mohoso y húmedo. Conocía a otros cuantos residentes. Algunos sadomasoquistas y otros cuantos pedófilos. Tenía miedo. Dormía con un ojo abierto, eso debido a la operación en la cual le extrajeron la retina. Su aspecto era deplorable, sin embargo a todos los residentes les parecía inevitablemente erótico. Nelda vivía en una tubería, hasta que quitó esa sonrisa sardónica de su cara y regresó al escritorio al cual estaba confinada todos los días hábiles de 9 a 6 de la tarde.
0 Responses to “Neldita... ”
Leave a Reply